Cultura tupper con sello reusense

El aumento de las fiambreras y las bolsas para transportarlas ha sido imparable. Irrumpieron al mercado el 2005, pero en pocos años se han convertido en estampas habituales del día a día al transporte público, en la calle y a los comedores de las empresas y las universidades. Detrás de una de las marcas con más presencia, las bolsas y recipientes Nomad, hay la empresa reusense Valira, un referente en el mundo de los enseres de la cocina y el hogar desde hace más de 40 años.

Factura 15 millones de euros y exporta a unos 40 países. Con capital 100% catalán, Valira tiene un catálogo de 400 producto entre sartenes, cazuelas, aceiteras, cafeteras… casi todos fabricados a Res y otros puntos del territorio catalán. En su reciente éxito, las fiambreras han sido un ingrediente básico.

Aprovechar la tendencia

Según un estudio de la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI), un 28% de las personas que comían fuera de casa, lo hacían con su propia comida, sin comer de menú. El mismo estudio, pero de enero de 2013, revela que en tres años el porcentaje de personas que se traen la comida de casa ha crecido hasta el 37%. La cultura del tupper gana adeptos día a día, y es una consecuencia tanto de los nuevos hábitos de vida de muchos trabajadores como de la necesidad de ahorrar en momentos de crisis económica.

Anticiparse al ‘boom’

cultura tupperCuando todavía no se husmeaba la crisis, en 2000, Valira empezó a estudiar una manera de facilitar el transporte de los alimentos. La empresa reusense ya traía 30 años en el mundo del menaje del hogar. Sin dejar de banda la fundición de aluminio para crear sartenes, cazuelas y planchas, a Valira le tocó reinventarse y apostar por la innovación.

Recurrir a consumidores potenciales

“Utilizamos la técnica del foco group para saber qué necesitaba el consumidor. Preguntamos a diferentes ambientes y grupos de gente como comían a mediodía: qué tipo de alimentos, si tenían acceso a microondas o si la cadena de frío era importantes para ellos, entre otros temas”, explica Eric Didier, director general del Grupo Valira. Con esta prospección de mercado se dieron cuenta que la gente pedía bolsas, recipientes y cubiertos para traer la comida al trabajo o en la universidad, que fueran discretas, cómodos y manejables.

Combinar estética y funcionalidad

El resultado es un producto que combina la elegancia con la funcionalidad, fácil de limpiar, que no coge olor y que cierra herméticamente. El 2005 Nomad salió al mercado, y vivió un auténtico boom a partir de 2007, con el inicio de la crisis económica. Desde entonces, Valira ha ido ampliando la gama con nuevos diseños, colores, tipos de bolsas y contenedores.

Ser producto local

Pero la clave del éxito de las bolsas y fiambreras de Valira no es sólo la creación de un producto innovador, sino la apuesta por el producto local de calidad. Sus contenedores están fabricados con materiales completamente aptos para uso alimentario y que garantizan la salud del consumidor. Para asegurarse, decidieron apostar por la producción local. “Cuando importas, de China u otros lugares, no controlas tanto la calidad. Puede ser que sea correcto, pero también puede ser que no”, explica Didier.

El único elemento que, hasta ahora, se estaba produciendo en la China era la bolsa que acompaña las fiambreras Nomad. Un acuerdo con el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE) y Valira hará que, algunos internos de centros penitenciarios, como los de la prisión Modelo de Barcelona, confeccionen las bolsas. Una iniciativa que devolverá en Cataluña la producción que se había deslocalizado.

Apostar por el Y+D

Los criterios de calidad en los materiales y producción local los aplican a todo su catálogo, no sólo a la gama Nomad, un hecho que los convierte en un claro ejemplo de I+D catalana. “En todos nuestros productos aplicamos la misma filosofía: qué necesita el consumidor y como podemos garantizar su salud”, asegura el director general. A Valira son conscientes del aumento del consumo consciente entre la población y de la preferencia por los productos locales. “En los tiempos actuales tenemos que ofrecer una tarea con valor añadido y hacer piña todos”, explica Didier.